05 marzo, 2011

Una tarde...

recostada en mi cama, admirando la inmensidad del silencio
siento como lentamente tus pies se deslizan hasta rozarme,
leve gesto para desirme que estas ahi,
el resto es un revoltijo,
un sortilegio de sabanas y festin de sensaciones.

Tus manos testigos de mis imperfecciones,
tu boca degustadora de mis sabores
lentamente ya no son tus pies quienes me rozan,
es tu cuerpo que ritmicamente se une a mi alma....

El despertador suena...
la luz se apodera de mis pupilas
una ves mas solo me acompaña la muerte de la noche...